Coaching
El desempeño de los seres humanos se ve influenciado por la injerencia de lo que pensamos, sentimos y como actua- mos. La verdad es que podríamos aña- dirle un cuarto aspecto relacionado con el campo espiritual. Pero nos detendre- mos en los tres primeros y su relación con el coaching. Cuando decimos que el coaching persi- gue ampliar el potencial de cada perso- na, a través del conocimiento interno, superación de bloqueos, mejora de la autoestima, desarrollo de una identidad, enfoque en lo importante y trabajo en equipo. Para lograrlo debemos interac- tuar con el pensamiento, los sentimien- tos y actuaciones de las personas. Dejar alguna de lado, sería limitar el éxito. Supongamos que piensas o tienes la creencia que los jefes deben mandar así lo hagan mal y que tú debes obe- decerlos a ciegas. Este pensamiento orientará tus actuaciones limitando tu éxito, limitando tu espontaneidad, ini- ciativa y limitando tus logros. Ya que sólo harás lo que te digan sin cuestio- narlo, así esté mal hecho. El Coach tiene el cometido de poder de- tectar estos pensamientos limitantes que impiden que la persona de lo máxi- mo y que la vuelve conformista para que haga sólo lo que digan los demás. Ahora supongamos que sientes miedo a la hora de hablar en público y que sientes dificultad para emitir tu opi- nión cuando estás en presencia de un grupo. De la misma manera estos senti- mientos limitarán tu gestión y resulta- dos, ya que no te harás valer en el gru- po, se perderán tus valiosas opiniones, sentirás miedo de destacar y de ser diferente. El Coach deberá estar atento a detectar este tipo de sentimientos negativos para mejorar el desempeño y el desarrollo de cada uno Las acciones se realizan de una u otra manera, no sólo por nuestra destreza para hacerlas, sino por la influencia po- sitiva o negativa de los pensamientos y sentimientos. Si son positivos en ese momento, se mejorarán los resultados, pero si son negativos, el efecto será el contrario, es decir, minimizarán el des- empeño. En la vida los seres humanos recibimos innumerables influencias negativas y positivas de nuestro entorno, incluso de nosotros mismos. Es el caso de un papa o de un jefe o de un profesor, que le dice a su hijo, empleado o estudiantes, frases como “eres malo, no sirves, te equivocas, no vales”. Inconscientemente, la per- sona de tanto escucharlo comenzará a creerlo, y empezará a desempeñarse en su vida de una manera apocada y pobre. El Coach cuando se enfrenta a una per- sona con bajo desempeño y autoestima, deberá preguntar y luego averiguar di- rectamente con la persona involucrada, si existe en su entorno presente o pasado cercano algún acondicionamiento negati- vo que le está afectando si darse cuenta. Una vez la persona lo descubra y se haga consciente, podrá revertir la situación, lo- grando liberar su verdadero potencial. Lo mismo ocurre con los malos hábitos en la acción. Supongamos que te has acostumbrado a actuar sin una planifi- cación previa, lo cual te permite salir pri- mero pero frente al primer error deberás regresar y rehacer tu camino. Por ello, no vale el que actúe más rápido, sino el que dedique un tiempo a planificar y después salir con todo a actuar. El Coach debe detectar estos malos hábitos en la conducta que sin duda afectarán al des- empeño para que la persona consciente de la carencia procure mejorar y de esta forma alcanzar mejores logros. Pensar, sentir y hacer, son tres campos de acción del coaching para que las personas liberen su potencial y den lo mejor de sí mismas. Pensar, sentir y hacer, tres aristas del coaching 15 Silvia Navarro DOCTORA EN PSICOLOGÍA
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