Coaching

10 Silvia Navarro DOCTORA EN PSICOLOGÍA Silvia Navarro Ferragud Alternativas al cachete, grito, amenaza: es posible y ¡tú puedes! Ser padre o madre no es una tarea nada fácil y la mayoría intenta hacerlo lo mejor posible evitando patrones de su propia crianza con los que no está de acuerdo, o incluso repi- tiéndolos ante su asombro. Antes de nada, calma. El hecho de que estés leyendo esta guía indica que algo te remueve por dentro, que tienes inquietud por mejorar como padre o madre y sobre todo, que quieres a tu hijo o hija y espe- ras que sea feliz a tu lado. El niño o la niña entiende el dolor y la humi- llación que provoca el cachete o el insulto y lo asocia a que si no acata las órdenes, se le castiga de esta manera. Sin embargo, el castigo físico se ha demostrado que no es eficaz y, lo que es peor aún, el niño aprende que amor y violencia pueden ir de la mano, que cuando soy más fuerte puedo ejercer el poder sobre otro para imponer mi voluntad, que la inmediatez de la fuerza es más útil a la opción del diálogo y el establecimiento de límites. Es verdad que la opción del diálogo y el establecimiento de límites requiere más es- fuerzo, tiempo y dedicación, pero los resultados son muy positivos: ¿no vas a intentarlo? Para empezar, tenemos que caer en la cuenta de que tanto educar con autoritarismo (aquí mando yo), como con demasiada permisividad (dejando que el niño o la niña haga y deshaga a su antojo o com- prándoles todo lo que quieren para que nos dejen en paz), tiene consecuencias perjudiciales para ellos, para la familia y para el conjunto de la sociedad. El estilo autoritario trata de enseñar con límites im- puestos por el miedo, sin espacios para razonar, dia- logar y entender. El permisivo se desentiende de dar pautas y de enseñar lo que es correcto y lo que no, de respetar los derechos de otros y los propios. Uno, prepara ciudadanos sumisos o agresivos, personas a las que no se les enseña a razonar, a cuestionar o a tener criterio propio. El otro, contribuye a crear ciudadanos egoístas, que muestran bajas dosis de empatía y falta de solidaridad o respeto por el bien común. Existe un camino alternativo : la educación asertiva , que parte de comprender que nuestros hijos son per- sonas singulares, con cualidades propias, distintas a las nuestras. Respetar su ritmo, su proceso evolutivo y actuar en consecuencia, proporcionándoles amor, seguridad y autoestima, y guiándoles con normas y límites, son las bases de esta propuesta de crianza. El presente de los niños forja el futuro de su per- sonalidad y de sus códigos de conducta cuando lle- guen a la edad adulta. El niñ@ tiene mucha curiosidad y gran capacidad de aprender. Absorben como esponjas nuestros gestos, muletillas, forma de hablar y también nuestra forma de resolver los problemas. No podemos exigir ni espe-

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